Adoquines, los caramelos de Zaragoza
Todo aquel que visita Zaragoza tiene la oportunidad de
comprar estos caramelos que son un producto típico de la ciudad. Porque en
realidad son, junto a la basílica del pilar, uno de los símbolos que configuran
las señas de identidad de esta localidad.
Los caramelos de Zaragoza se llaman “adoquines” y se
encuentran de varios tamaños, desde trozos pequeños que caben en la boca hasta
piezas de medio kilo. El original era de grandes dimensiones, de ahí el nombre
de adoquín. Los sabores habituales son: limón, naranja, fresa y anís. Están
hechos con los siguientes ingredientes: azúcar, jarabe de glucosa, acidulante:
ácido cítrico, aromas y colorantes: E-100, E-120, E-160. Deben conservarse en
un lugar fresco y seco..
Adoquines de diferentes tamaños |
Además, en la parte exterior del envoltorio del caramelo siempre aparece una imagen de
Hay ronderas, emotivas, picantes y comprometidas. Algunos ejemplos son:
“Cuando te ronde esta noche
échame una clavelina,
pero procura que sea
sin maceta, prenda mía.
“Cuando oyes cantar la jota
y estás lejos de Aragón
es un dardo que penetra
dulcemente en el corazón”.
“Aragón esta de fiesta
y canta con buena voz
su Jota al Señor San Jorge,
nuestro glorioso Patrón”
“Tu mira el mapa de España
y busca su corazón
arriba, en el lado izquierdo,
encontrarás Aragón”
“¡La mujer que bulle mucho
no puede gustar a nadie
¡las perlas hay que buscarlas
en el fondo de los mares!”
“¡No llores, no, porque digan
que has tenido muchos novios
¡también la
Virgen es buena
y tiene muchos devotos!”
El adoquín es un dulce típico de Zaragoza que seguramente te dejará un buen sabor de boca, un regalo ideal para amigos o familiares si visitas esta ciudad. Elige un sabor, descubre el encanto de estos caramelos y viaja más allá del azúcar para experimentar una sensación de placer en el paladar mientras caminas por esas calles llenas de historia.
Maria Sentandreu